No pase
No pase
La curiosidad y reiteración de lo siniestro que delimita la cinta, junto con su presencia repetitiva en la ciudad, la convierten en un objeto común que reúne este mundo nuestro y que es su símbolo: el de la cotidianidad de la muerte violenta.
El sensacionalismo —o amarillismo— resulta imposible en una ciudad delineada permanentemente por esta cinta. Lo que ella intenta alejar de nuestros ojos es lo que las imágenes de este libro denuncian, difunden y retratan sin filtros. Simplemente dirigen la mirada a una realidad que traspasa esa banda y nos concierne a todos.
Gentrificación, microtráfico, asesinato: la violencia tiene muchas caras, pero una sola forma; es cíclica, como los intentos por contenerla. Esta publicación documenta la historia de una violencia que siempre termina como empieza, con una muerte prematura, una mancha de sangre y una familia rota.